miércoles, 30 de abril de 2014

ABRIL, MAYO Y BOTTICELLI



Aún exhala Bóreas su gélido hálito,
iracundo ante el letargo inminente, 
y las nubes  —sumisas feudatarias—
le tributan el caudal del río Arno
con torrentes furiosos, 
de imperturbable ritmo,
cuyo final no parece 
vislumbrarse en la cortina de la tarde.

Así llega abril,
bajel que navega en tempestad de aguaceros,
en trombas ruidosas que devastan balcones,
que rasgan las hojas y quiebran los tallos
de esa floresta doméstica que sobrevive 
sojuzgada en la maceta.

Así llega abril, 
y le sigue mayo, con Céfiro 
soplando y soplando, 
entibiando cielos, con las margaritas 
brotando en el césped,
y las amapolas, como labios rojos, 
besando y besando, con los ranúnculos 
vestidos de sol, 
con ese vergel de espinosos cardos.

Y al igual que de la oruga
mudada en crisálida
—libre de su cárcel de seda—
surge la alevilla,
se transforme Cloris,
y su metamorfosis fecunde los prados.

Que ya llegue Flora derramando rosas,
que ya llegue Venus repartiendo amores,
que vengan tres Gracias
cubriendo sus carnes con finos cendales,
y hasta haya un Mercurio
—con caduceo alado— tomando las frutas
que pintara Sandro.

Que así llegue
mayo, y un Céfiro azul,
ahíto de amor, resople en lo alto.


(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "La primavera" (1477), Sandro Botticelli, Galleria degli Uffizi, Florencia

Safe Creative #1205091611107

Música: «La primavera». Concierto n.º 1 en mi mayor, Op. 8, RV 269, primero de los cuatro conciertos para violín y orquesta que conforman "Las cuatro estaciones". Antonio Vivaldi (1678 - 1741)



sábado, 26 de abril de 2014

EL ÁNGEL AZUL


Llevaba escamas de sierpe entre los dientes,
y los pezones bruñidos por tantas manos
como luciérnagas le avivaban la mirada
al encenderse las candilejas del proscenio.

Poseía ojos de marisma en calma 
enturbiados por un huracán de khol,
y los labios eran pétalos encarnados
desprendiéndose ante el paso convulso de su voz.

Vibraba esa voz de humo en notas graves 
sostenidas en el desfiladero de su laringe,
quebrándose en fragor de catarata.

A horcajadas sobre una silla de cabaret,
así respiraba aquel ángel azul
la noche oscura,
engendrando pasiones de hiel y cieno,
alumbrando el despertar de una aurora marchita
en la república de las quimeras,
en el Berlín de los manumisos.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Cabaret", Raymond Leech
Safe Creative #1011047766582


Música: "Die fesche Lola"  y "Lili Marleen", Marlene Dietrich







SI UN DÍA ME DEJAS


Si un día me dejas,
los jazmines
que perfuman el lecho donde tu risa y la mía
se encuentran las manos,
perderán su voz de azúcar;
y perderá su calor
—y hasta el aliento— 
esa garza liviana,
ese lirio cárdeno 
que amamanta mi pecho.

(Mayte  Llera, Dalianegra)

Pintura: “Mar de lirios”, Soledad Fernández

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Música: "My immortal", Evanescence




jueves, 24 de abril de 2014

UNA MAÑANA DE ABRIL

El azar —en su capricho inamovible—
encadena los eslabones del destino
sin importarle
    latitudes ni longitudes

Una mañana,
escrita con la tinta
—ya indeleble— de un abril
de nubes oscuras,
el viento del este
apaciguó su hambruna portando
en sus hombros el disco solar.

De súbito,
el plomo se desvaneció del éter
y ocupó su lugar la liviandad azul.

Una luna sibilina emergió en el horizonte
no bien llegaba al cenit el mediodía.

Sol y luna,
tú y yo
abrazados.

Sol y luna,
tú y yo
arañando las azucenas
con garras de delirio concupiscente.

Sol y luna,
tú y yo
fundidos en cópula,
en fecunda intersección de condiciones.
Tú y yo
derramando la iridiscencia
opalina
con voz de trueno.

Tú y yo
en una mañana de abril antes
lluviosa y gris.

(Mayte Llera,  Dalianegra)

Pintura: “Pasión”, Alberto Pancorbo
Safe Creative #1202281214599

Música: "How you remind me", Nickelback

sábado, 19 de abril de 2014

LA TIERRA GIRA



La Tierra gira
con la divina ebriedad de un derviche.

Del mismo y rotundo modo,
ese torbellino loco
que me invade cuando te diviso
en el dilatado trecho de mis pensamientos,
me obliga a girar sobre las puntas de mis pies
como la Salomé de Moreau,
portando el lirio blanco
que anunciaba la muerte de un profeta.

Rotando soy planeta en esta danza
desprovista de velos.

Rotando voy a tu encuentro rauda, ligera,
ingrávida,
circunvalando tu perímetro.

Rotando soy satélite
de esa vida que te alienta;
soy luna orbitándote en elipses,
recibiendo tu radiación,
tu luminaria creciente,
anterior al imperio de las sombras.

Rotando eres sol
germinando en mi conciencia,
abriendo los cráteres y sus borbotones,
abriendo los corazones escarlata
de las granadas maduras,
abriendo mi pecho al calor del abrazo
que crece con asombro,
que migra de la avidez al misterio.

Así mis hélices te recorren,
así este tránsito
de rotación y traslación en torno a tu flecha.

 Ya sólo el silencio legado por el último latido
—con su hoja fría
de cuchillo invicto— detendrá este movimiento.

(Mayte  Llera, Dalianegra)

Pintura: “Salomé danzando frente a Herodes” (1874-76), Gustave Moreau. The Armand Hammer Collection; Hammer Museum, Los Ángeles, U.S.A.
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viernes, 18 de abril de 2014

LA ELECCIÓN EQUIVOCADA

A veces, a menudo,
con demasiada frecuencia,
el candor de nuestras pupilas
se arrebata ante el destello metálico
de las plumas del pavo real.
Entonces no duda
en su elección, como no duda
en que ésta le proveerá
de dicha sinfín.

Mas luego, más tarde,
después de un tiempo,
descubre lo que todo cuanto existe
cobija en el envés de su sombra,
y comienza a germinar
la decepción,
y empieza a gestarse la guerra.

Mayte Dalianegra

Pintura: “El juicio de Paris” (1904), Enrique Simonet

Safe Creative #1202281214599

martes, 15 de abril de 2014

CICLO ETERNO


Cuando el tiempo de la noche
se extingue apuntando al alba,
la madrugada se tiñe de azul cobalto,
descollando entre las crestas umbrías
de las techumbres.

Nace entonces un sol de otoño
apagado de arrebatos,
de amantes despidiéndose de sueños
hidratados en suspiros.

La vida rota sobre su eje
y, como siempre, retoma el rumbo
de una apática estrella de luz cansina.

Nada sorprende ya a las desgastadas
pupilas de la memoria,
todo culmina como todo empieza,
con la rutina habitual
del quehacer doméstico,
con la preocupación baladí
por aquello que no sobrevivirá al momento
y con la indolencia de asistir, un día más,
a la desaparición de nuestro propio e íntimo evangelio.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “Le mouvement perpetuel” (El movimiento perpetuo), 1935, René Magritte
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sábado, 12 de abril de 2014

TUS OJOS ERAN LOS MARES


Tus ojos eran los mares
por los que yo navegaba,
mas naufragaron mis barcos;
toda yo quedé encallada
en el roquedal siniestro
de esa playa mercenaria
del desconsuelo y la angustia.

Varada en la sinrazón
que me separó de ti,
ya se quemaron mis naves,
ya nunca podré volver
a surcar tus oleajes.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: La mujer en las olas (1868), Gustave Courbet
Safe Creative #1202281214599

Música: "Summertime sadness", Lana del Rey

jueves, 10 de abril de 2014

EN ABRIL

A alguien que creía que los amigos de siempre 
son sustituibles por los recientes

En abril
la lluvia anegará prados y caminos
con un cieno tan dúctil como terco;
caminarás saltando los charcos,
remembrando andanzas infantiles,
con los pies empapados en esas aguas
que al final de la senda besarán tu frente.

El camino será arduo,
 mas no silente, una brisa tibia
te hablará
del concubinato entre el infierno y el cielo,
de los brotes que surgen
cuando Proserpina retorna al amparo
materno, y la tierra abandona su condición
de erial baldío
para consagrar su virginidad a la primavera.

En abril
contemplarán sus rostros sobre el espejo lacustre
las corolas solares de los narcisos,
saciando, con fauces vegetales,
la sed hacinada
durante el cautiverio del invierno.

Caminarás entonces atento al trino
de minúsculas aves
y al rápido discurrir de las horas
bajo las huellas que imprimen tus pies
sobre el fango fresco.

Verás las nubes quebrando la monotonía celeste
con su presencia algodonosa y húmeda,
verás también los semblantes de otros caminantes;
algunos, quizá, te confíen sus secretos,
a algunos, quizá, supuestamente tomarás por amigos,
y entonces asirás sus manos con viveza,
y entonces serás su consejero, su camarada afecto.

Mas cuando los hados bifurquen veredas,
ya no verás sus ojos,
ni escucharás el verbo que fluya de sus labios,
y apretarás el paso hasta llegar a puerto.

Alcanzada la meta,
tus puños sólo retendrán jirones de recuerdos.

Mayte Dalianegra

Pintura: “Proserpine” (1882), Dante Gabriel Rossetti
Safe Creative #1202281214599

Música: "Somebody told me", The Killers

lunes, 7 de abril de 2014

SÍRVEME

Sírveme en cáliz lúbrico
la dulzura untuosa
que fluye de tu núcleo, furioso
hontanar de lava
candente,
locura proscrita de simiente ígnea
reclamando el arrebato de la hoguera,
y reventando en aguaceros.

Que no vean mis ojos germinar la aurora,
que no me percate del clarear del cielo,
prefiero morirme en la noche oscura
y perderme entonces
en las arboledas
de tus manos ciegas, de tu torso húmedo.

Y quemar las naves, que no han de surcar
ya nunca más mares
que ése que circunda al cabo
que emerge en tu hemisferio austral.

Mayte Dalianegra

Pintura: “Desnudo con un samovar”, 2001, Hans Laagland
Safe Creative #1107119659149

Música: "Everything Burns", Anastacia & Ben Moody

viernes, 4 de abril de 2014

NARCISO

Hoy ha florecido en mi ventana un narciso
de corola de oro
y tallo de esmeralda.

Se mira los pies
no por tímida modestia,
sino en su ansia exacerbada por hallar
su reflejo en el espejo
del agua. Mas no encuentra lago
ni estanque
donde confluyan las líneas
de su corona dorada.

Su corva postura es amargura,
llanto perpetuo
ante la ausencia de reverbero. Nada importa,
él inventará su propio universo,
donde será actor de su particular ficción,
franqueando la delicada frontera
que media entre la razón y el instinto primario.

Así yacerá en un campo tan bucólico
como imaginado, inundado por la terneza
de una temprana primavera, aun cuando
el invierno le haya cuajado las venas de hielo;
así modulará su voz con eco vegetal,
en un acto tan afectado como artificioso.

Hoy, en las postrimerías del frío inclemente,
ha florecido en mi ventana
un narciso coronado de rubio esplendor.
Su amor es un bumerán.

Mayte Dalianegra

Pintura: "Narcissus" (1876), Helen Thornycroft

Safe Creative #1202281214599


Música: "Love bites", Def Leppard

miércoles, 2 de abril de 2014

Tú, desde la cima
de tus pupilas verdemar,
arribas a mi orilla el buque
de la esperanza.

Con un leve parpadeo
ciñes mis sueños ensogándome
a tu aliento, al vigoroso hálito
de tus suspiros marinos.

Tú, poderoso dueño de tritones
y nereidas,
qué bien te has guarecido
bajo el salobre océano de los besos;
llegas desplegando el velaje
de mi risa y devolviéndome
la alegría cantarina de las cítaras.

En el crisol de tu abrazo
se funde mi pecho. 

Mayte Dalianegra

Pintura: "La sirena" (1888),  Edward Armitage, Galería de Arte de la Ciudad de Leeds
Safe Creative #1202281214599

Música:"Blue jeans", Lana del Rey