en lo oscuro,
unas luces me brillaban en la ausencia,
las pupilas encendidas
como brasas, los párpados
embargados de tinieblas.
Una voz me susurraba al oído
(con rumor de caracola marina),
y en la noche
vertebrada de luciérnagas,
fuiste mío al compás
de mis caderas.
Mi grupa fue
tu rítmica cabalgadura,
y mis pechos,
de azúcar y de cereza,
alimentaron de calor
tu boca fiera (ese abismo
custodiado por tus labios).
Mayte Dalianegra
Pintura de Aaron Nagel